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¡Hola, me presento!

Alexander

Soy Alexander Valentín y aprendí carpintería de construcción a los 16 años en Berlín, continuando así con la tradición familiar de carpinteros en la tercera generación. Finalicé mi formación con éxito a los 20 años y me trasladé a Holanda para ampliar mis conocimientos en construcción. A los 23 años, decidí especializarme como restaurador de casas históricas.

Para seguir perfeccionando mis habilidades en carpintería, me uní a carpinteros tradicionales y trabajé junto a maestros en Suiza, Austria, Alemania, Francia, Italia, Finlandia, Suecia y Noruega, completando mi aprendizaje después de cinco años.

La curiosidad me llevó a Uruguay, donde participé en la construcción de la primera escuela autosustentable bajo la dirección del arquitecto Maikel Reynolds. Me enamoré del país y de su gente, y comencé a construir diversas casas de madera, una de las cuales fue una casa sin clavos. En 2016, tuve la oportunidad de construir el primer complejo de glampin de domos en Uruguay, lo que marcó el inicio de Domos Uruguay.

Con mi experiencia en la construcción de casas de madera en Europa, desarrollé mi propia línea de domos geodésicos, respetando las normas y adaptándome a esta nueva forma de construcción. Ahora cuento con 25 años de experiencia en el sector y una carta de representación de casas ya construidas, gracias a mi equipo de Domos Uruguay, que me acompaña en cada proyecto. Además, he tenido el privilegio de enseñar a más de 1,000 estudiantes de carpintería alemana sobre la construcción de casas geodésicas.

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Viaje de Carpinteros - Tradición

 

El viaje tradicional de los carpinteros alemanes en Europa a muchos les parece como un viaje al pasado por los atuendos tradicionales. Esta tradición viene de los jóvenes trabajadores de Europa, después de la formación profesional en la que salían de su ciudad para aprender nuevas costumbres y métodos de trabajo por un intercambio. 
Esta tradición nace de la necesidad de las familias, en la edad media, que mandaban a los jóvenes a la calle para alimentar una cabeza menos. Este viaje por las ciudades resultó ser una experiencia muy positiva que les permitía desarrollarse y progresar mucho profesionalmente. El viaje debía tener una duración de por lo menos tres años y un día y no se podía acercar a su ciudad en un radio de 50 km. Los jóvenes viajaban con lo justo para cubrir sus necesidades básicas, una bolsa de dormir y algunas ropas para cambiarse. Además, para poder trabajar llevan consigo algunas herramientas. La intención es no usar dinero ni para dormir ni para viajar, por ello viajan a dedo o a pie. Los trabajos se encuentran preguntando en las obras o si alguien los identifica y les ofrece trabajo. La mayoría de las veces se usa el trueque trabajando para comer y dormir. El viaje tradicional se realiza después de la formación y es considerada una parte muy importante en el aprendizaje, dado que aporta muchos conocimientos y métodos. El viaje se empieza con cinco euros y se termina con la misma cantidad. El objetivo del viaje es solo aprender y no se debe acumular dinero.

En cada parada no se trabaja más de tres meses, y tienen que alejarse 100 km después para encontrar nuevos trabajos. Carpinteros, albañiles, panaderos, herreros, zapateros son algunas de las 32 profesiones diferentes. Muchas personas disfrutan al encontrarse con ellos dada la rareza del atuendo como los pantalones Oxford, los sombreros y el equipaje particular. Los diferentes colores de la ropa indican el tipo de profesión, por ejemplo todos los trabajadores de madera llevan ropa negra, los de piedra ropa gris, los de acero ropa azul, los de tela ropa roja y las profesiones relacionadas con comida son de color blanco y negro cuadriculado. Los botones de la ropa también tienen un significado especial. Seis botones en la chaqueta significan los seis días de trabajo por semana. En el chaleco encontramos ocho botones, por ocho horas de trabajo diarias. En cada manga de la chaqueta tienen tres botones, en una indicando los tres años de formación profesional y los tres de la otra manga significan los tres años de viaje tradicional. El sombrero es la única parte de ropa que cada viajero puede elegir libremente, como galera, sombrerero medio redondo o sombrero de ala grande.

Todos llevan una caravana en la oreja izquierda porque en el hombro derecho se llevan los palos. En la edad media la caravana era de oro (hoy de menos valor). Esta caravana de oro era como un seguro, en caso muerte, para las familias en la edad media, usaban el valor del oro para pagar un lugar en el cementerio, algo que era muy importante para las personas en aquel tiempo. Si alguien hacía un trabajo mal o algo considerado malo, se le arrancaba el aro de la oreja. Cuando alguien tenía la oreja rajada quedaba a la vista y todo el mundo que lo veía sabía que tenía que tener cuidado. Hasta ahora se sigue usando el dicho de ser una oreja rajada para denominar estafadores en alemán. El agujero de oreja, aun en la actualidad, se hace con un clavo y un martillo.
Otra característica especial es el palo torneado que cada viajero tiene que encontrar en el bosque. Antiguamente, se usaban como protección, ahora más bien para llevar su equipaje. La manera de empacar la ropa también se hace de una forma especial con cuerdas. Las herramientas se ponen primero y la ropa de trabajo arrollada comprimida alrededor. A este rollo se cuelgan con otros “charlys” la bolsa de dormir y la ropa necesaria para los tres años. Los “charlys” son telas de medida 90 cm por 90 cm con dibujos sobre el viaje tradicional.

A los viajeros tradicionales se les tiene un gran respeto en Alemania porque las personas saben que son jóvenes, sinceros y correctos. Los viajeros que no pueden hacer el viaje tradicional son los que tienen deudas o antecedentes penales o si están casados.

Todos tienen una bitácora de viaje, donde los clientes o empresas escriben su propia impresión sobre su trabajo y costumbres, que también es sellado por las autoridades de la ciudad. Hoy en día, este sello es más un recuerdo del viaje en la bitácora, pero anteriormente permitía al trabajador encontrar trabajo en las ciudades.

Antiguamente, había una lengua secreta que solo se aprendía en la calle con los otros viajeros. Esta brindaba seguridad contra ladrones cuando tenían que hablar en los bares sobre trabajo, dinero o el lugar para dormir. La lengua se llama “rotwelsch”. Actualmente, sobreviven únicamente algunas palabras. También se usaba un lenguaje de signos grabados cerca de las casas que servían para indicar como era la gente que vivía ahí, como “cuidado con los perros” o “esa persona no paga”.

Incluso ahora es común, cuando buscan trabajo, que los viajeros duerman en bolsa de dormir bajo las estrellas en un lugar secreto.

Los viajeros actuales viajan, como en la antigüedad, sin celular. Esta tradición fue muy usual en Austria, Suecia, Suiza, Holanda y Francia. En esa época las calles estaban llenas de viajeros. Hoy es poco habitual ver un viajero por las calles, únicamente 600 trabajadores de Suiza y Alemania continúan con esta antigua tradición. En Francia se llaman compagnons y tienen otras costumbres. Antiguamente, solo los hombres podían emprender el viaje, ahora un 10 por ciento son mujeres.

Costumbres - Tradición

 

El viaje tradicional de los carpinteros alemanes en Europa a muchos les parece como un viaje al pasado por los atuendos tradicionales. Esta tradición viene de los jóvenes trabajadores de Europa, después de la formación profesional en la que salían de su ciudad para aprender nuevas costumbres y métodos de trabajo por un intercambio. 
Esta tradición nace de la necesidad de las familias, en la edad media, que mandaban a los jóvenes a la calle para alimentar una cabeza menos. Este viaje por las ciudades resultó ser una experiencia muy positiva que les permitía desarrollarse y progresar mucho profesionalmente. El viaje debía tener una duración de por lo menos tres años y un día y no se podía acercar a su ciudad en un radio de 50 km. Los jóvenes viajaban con lo justo para cubrir sus necesidades básicas, una bolsa de dormir y algunas ropas para cambiarse. Además, para poder trabajar llevan consigo algunas herramientas. La intención es no usar dinero ni para dormir ni para viajar, por ello viajan a dedo o a pie. Los trabajos se encuentran preguntando en las obras o si alguien los identifica y les ofrece trabajo. La mayoría de las veces se usa el trueque trabajando para comer y dormir. El viaje tradicional se realiza después de la formación y es considerada una parte muy importante en el aprendizaje, dado que aporta muchos conocimientos y métodos. El viaje se empieza con cinco euros y se termina con la misma cantidad. El objetivo del viaje es solo aprender y no se debe acumular dinero.

En cada parada no se trabaja más de tres meses, y tienen que alejarse 100 km después para encontrar nuevos trabajos. Carpinteros, albañiles, panaderos, herreros, zapateros son algunas de las 32 profesiones diferentes. Muchas personas disfrutan al encontrarse con ellos dada la rareza del atuendo como los pantalones Oxford, los sombreros y el equipaje particular. Los diferentes colores de la ropa indican el tipo de profesión, por ejemplo todos los trabajadores de madera llevan ropa negra, los de piedra ropa gris, los de acero ropa azul, los de tela ropa roja y las profesiones relacionadas con comida son de color blanco y negro cuadriculado. Los botones de la ropa también tienen un significado especial. Seis botones en la chaqueta significan los seis días de trabajo por semana. En el chaleco encontramos ocho botones, por ocho horas de trabajo diarias. En cada manga de la chaqueta tienen tres botones, en una indicando los tres años de formación profesional y los tres de la otra manga significan los tres años de viaje tradicional. El sombrero es la única parte de ropa que cada viajero puede elegir libremente, como galera, sombrerero medio redondo o sombrero de ala grande.

Todos llevan una caravana en la oreja izquierda porque en el hombro derecho se llevan los palos. En la edad media la caravana era de oro (hoy de menos valor). Esta caravana de oro era como un seguro, en caso muerte, para las familias en la edad media, usaban el valor del oro para pagar un lugar en el cementerio, algo que era muy importante para las personas en aquel tiempo. Si alguien hacía un trabajo mal o algo considerado malo, se le arrancaba el aro de la oreja. Cuando alguien tenía la oreja rajada quedaba a la vista y todo el mundo que lo veía sabía que tenía que tener cuidado. Hasta ahora se sigue usando el dicho de ser una oreja rajada para denominar estafadores en alemán. El agujero de oreja, aun en la actualidad, se hace con un clavo y un martillo.
Otra característica especial es el palo torneado que cada viajero tiene que encontrar en el bosque. Antiguamente, se usaban como protección, ahora más bien para llevar su equipaje. La manera de empacar la ropa también se hace de una forma especial con cuerdas. Las herramientas se ponen primero y la ropa de trabajo arrollada comprimida alrededor. A este rollo se cuelgan con otros “charlys” la bolsa de dormir y la ropa necesaria para los tres años. Los “charlys” son telas de medida 90 cm por 90 cm con dibujos sobre el viaje tradicional.

A los viajeros tradicionales se les tiene un gran respeto en Alemania porque las personas saben que son jóvenes, sinceros y correctos. Los viajeros que no pueden hacer el viaje tradicional son los que tienen deudas o antecedentes penales o si están casados.

Todos tienen una bitácora de viaje, donde los clientes o empresas escriben su propia impresión sobre su trabajo y costumbres, que también es sellado por las autoridades de la ciudad. Hoy en día, este sello es más un recuerdo del viaje en la bitácora, pero anteriormente permitía al trabajador encontrar trabajo en las ciudades.

Antiguamente, había una lengua secreta que solo se aprendía en la calle con los otros viajeros. Esta brindaba seguridad contra ladrones cuando tenían que hablar en los bares sobre trabajo, dinero o el lugar para dormir. La lengua se llama “rotwelsch”. Actualmente, sobreviven únicamente algunas palabras. También se usaba un lenguaje de signos grabados cerca de las casas que servían para indicar como era la gente que vivía ahí, como “cuidado con los perros” o “esa persona no paga”.

Incluso ahora es común, cuando buscan trabajo, que los viajeros duerman en bolsa de dormir bajo las estrellas en un lugar secreto.

Los viajeros actuales viajan, como en la antigüedad, sin celular. Esta tradición fue muy usual en Austria, Suecia, Suiza, Holanda y Francia. En esa época las calles estaban llenas de viajeros. Hoy es poco popular ver un viajero por las calles, únicamente 600 trabajadores de Suiza y Alemania continúan con esta antigua tradición. En Francia se llaman compagnons y tienen otras costumbres. Antiguamente, solo los hombres podían emprender el viaje, ahora un 10 por ciento son mujeres.

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