Viaje de Carpinteros - Tradición
El viaje tradicional de los carpinteros alemanes en Europa a muchos les parece como un viaje al pasado por los atuendos tradicionales. Esta tradición, viene de los jóvenes trabajadores de Europa, después de la formación profesional en la que salían de su ciudad para aprender nuevas costumbres y métodos de trabajo por un intercambio.
Esta tradición nace de la necesidad de las familias, en la edad media, que mandaban a los jóvenes a la calle para alimentar una cabeza menos. Este viaje por las ciudades resultó ser una experiencia muy positiva que les permitía desarrollarse y progresar mucho profesionalmente. El viaje debía tener una duración de por lo menos tres años y un día y no se podía acercar a su ciudad en un radio de 50 km. Los jóvenes viajaban con lo justo para cubrir sus necesidades básicas, una bolsa de dormir y algunas ropas para cambiarse. Además, para poder trabajar llevan consigo algunas herramientas. La intención es no usar dinero ni para dormir ni para viajar, por ello viajan a dedo o a pie. Los trabajos se encuentran preguntando en las obras o si alguien los identifica y les ofrece trabajo. La mayoría de las veces se usa el trueque trabajando para comer y dormir. El viaje tradicional se realiza después de la formación y es considerada una parte muy importante en el aprendizaje, dado que aporta muchos conocimientos y métodos. El viaje se empieza con cinco euros y se termina con la misma cantidad. El objetivo del viaje es sólo aprender y no se debe acumular dinero.
En cada parada no se trabaja mas de tres meses, y tienen que alejarse 100km después para encontrar nuevos trabajos. Carpinteros, albañiles, panaderos, herreros, zapateros son algunas de las 32 profesiones diferentes. Muchas personas disfrutan al encontrarse con ellos dada la rareza del atuendo como los pantalones oxford, los sombreros y el equipaje particular. Los diferentes colores de la ropa indican el tipo de profesión, por ejemplo todos los trabajadores de madera llevan ropa negra, los de piedra ropa gris, los de acero ropa azul, los de tela ropa roja y las profesiones relacionadas con comida son de color blanco y negro cuadriculado. Los botones de la ropa también tienen un significado especial. Seis botones en la chaqueta significan los seis días de trabajo por semana. En el chaleco encontramos ocho botones, por ocho horas de trabajo diarias. En cada manga de la chaqueta tienen tres botones , en una indicando los tres años de formación profesional y los tres de la otra manga significan los tres años de viaje tradicional. El sombrero es la única parte de ropa que cada viajero puede elegir libremente, como galera, sombrerero medio redondo o sombrero de ala grande.
Todos llevan una caravana en la oreja izquierda porque en el hombro derecho se llevan los palos. En el edad media la caravana era de oro (hoy de menos valor). Esta caravana de oro era como un seguro, en caso muerte, para las familias en la edad media, usaban el valor del oro para pagar un lugar en el cementerio, algo que era muy importante para las personas en aquel tiempo. Si alguien hacía un trabajo mal o algo considerado malo se le arrancaba el aro de la oreja. Cuando alguien tenia la oreja rajada quedaba a la vista y todo el mundo que lo veía sabía que tenia que tener cuidado. Hasta ahora se sigue usando el dicho de ser un oreja rajada para denominar estafadores en alemán. El agujero de oreja, aún en la actualidad, se hace con un clavo y un martillo.
Otra característica especial es el palo torneado que cada viajero tiene que encontrar en el bosque. Antiguamente se usaban como protección, ahora mas bien para llevar su equipaje. La manera de empacar la ropa también se hace de una forma especial con cuerdas. Las herramientas se ponen primero y la ropa de trabajo arrollada comprimida alrededor. A este rollo se cuelgan con otros “charlys” la bolsa de dormir y la ropa necesaria para los tres años. Los “charlys” son telas de medida 90cm por 90cm con dibujos sobre la viaje tradicional.
A los viajeros tradicionales se les tiene un gran respeto en Alemania porque las personas saben que son jóvenes sinceros y correctos. Los viajeros que no pueden hacer el viaje tradicional son los que tienen deudas o antecedentes penales o si están casados.
Todos tienen una bitácora de viaje, donde los clientes o empresas escriben su propia impresión sobre su trabajo y costumbres que también es sellado por la autoridades de la ciudad. Hoy en día, este sello es mas un recuerdo del viaje en la bitácora, pero anteriormente permitía al trabajador encontrar trabajo en las ciudades.
Antiguamente había una lengua secreta que solo se aprendía en la calle con los otros viajeros. Ésta brindaba seguridad contra ladrones cuando tenían que hablar en los bares sobre trabajo, dinero o el lugar para dormir. La lengua se llama “rotwelsch”. Actualmente sobreviven únicamente algunas palabras. También se usaba un lenguaje de signos grabados cerca de las casas que servían para indicar como era la gente que vivía ahí, como “cuidado con los perros” o “esa persona no paga”.
Incluso ahora es común, cuando buscan trabajo, que los viajeros duerman en bolsa de dormir bajo las estrellas en un lugar secreto.
Los viajeros actuales viajan, como en la antigüedad, sin celular. Esta tradición fue muy común en Austria, Suecia, Suiza, Holanda y Francia. En esa época las calles estaban llenas de viajeros. Hoy es poco común ver un viajero por los calles, únicamente 600 trabajadores de Suiza y Alemania continúan con esta antigua tradición. En Francia se llaman compagnons y tienen otras costumbres. Antiguamente solo los hombres podían emprender el viaje, ahora un 10 por ciento son mujeres.
Costumbres - Tradición
La carpintería en Alemania es un oficio muy antiguo, con tradiciones y costumbres muy arraigadas. La escuela de carpintero se divide en tres ramas, el carpintero de la construcción (zimmermann), el carpintero de muebles, que trabaja más fino, y el carpintero náutico especializado en la construcción de barcos.
Cada una de ellas es una carrera específica que tiene una duración de tres años. Durante su formación, los aprendices carpinteros estudian la teoría y las diversas técnicas en la escuela y paralelamente trabajan en una empresa dirigidos por un maestro. Con ambas formaciones, los estudiantes consiguen un conocimiento teórico-practico muy completo. Para finalizar sus estudios, los alumnos deben rendir un examen teórico y practico en el que demuestran dominar todas las técnicas necesarias. Una vez superadas las pruebas, se les entrega un diploma que les permite trabajar de forma independiente.
Antiguamente los alumnos, al terminar sus estudios emprendían un viaje de tres años o mas, que se llama “walz”. En el viaje de aprendizaje, los jóvenes carpinteros ponen en práctica lo aprendido en la escuela enfrentándose a los retos que les van surgiendo y además aprenden otros métodos de trabajo y técnicas que se han desarrollado en otras partes del mundo. Para convertirse en maestro, el carpintero debe dedicarle siete años al oficio y después realizar un curso teórico de un año, a partir de ese momento el maestro podrá tener un aprendiz.
Una de las especialidades que los carpinteros pueden optar es la de restauración, en la que se le enseñan técnicas antiguas de trabajo en madera que les permite adaptarse a las diferentes épocas de construcción.
El carpintero constructor aprende cuidadosamente los diferentes ensambles para cada detalle. Las herramienta básicas con las que pueden construir una casa son una sierra, un formón de carpintero y un martillo. Este tipo de construcción típicas en Alemania, Suiza y Austria se denominan “casa de encastre”. Casi todas las ciudades se construían de esta manera antes de la segunda guerra mundial. Aunque muchas fueron destruidas, actualmente se siguen viendo algunas de estas construcciones. La estructura de madera se rellenaba con barro o en el norte alemán con ladrillos.
Antiguamente, las obras estaban llenas de trabajadores. Muchos de ellos carpinteros, herreros, albañiles y más, que trabajaban duro mano a mano, es por ello que podemos encontrar muchas canciones antiguas refiriéndose a ellos. Sobre todo hablando de los maestros, el trabajo y las mujeres. En algunos casos las canciones incluían los sonidos de la obra como los golpes que se generaban al clavar los palos con los martillos o el fruncido del formón al frotarlo con la madera. Todos ellos golpeando al unísono al ritmo de la canción. Estos recuerdos nostálgicos del maestro todavía siguen inspirándonos a algunos cuando trabajamos con la madera ya que nos ayudan a sentir cómo los casas crecen palo a palo. Aún hoy se dice que estas casas, tienen un carácter propio, que se sigue sintiendo.
Cuando se termina el techo de la casa, el propietario hace una fiesta para la casa que se llama “richtfest”. Era una fiesta bautismo, los carpinteros se paraban sobre el techo y gritaban unas rimas dedicadas a la obra. En estas rimas se desean cosas buenas para la casa y la familia, para que la puedan disfrutar mucho con felicidad. Después se rompía un vaso de vino y se clavaba un árbol (pino) en el frontón de la fachada como símbolo de buena señal. Si un propietario se negaba a celebrar la fiesta, porque era un mal propietario y no quería pagar y por consecuente no respetaba a la gente y la energía de los trabajadores, entonces se clavaba una escoba en el frontón para que todo el mundo lo viera.
Estas costumbres sobreviven hoy en día.
Las maquinas están transformando las obras y son la competencia de la tradición. Actualmente, cada carpintero lleva inscripto en su cinturón “arriba el arte de los carpinteros”. El arte manual de marcar, serrar los palos y armarlos para construir un techo. Este es uno de los momentos de mayor orgullo en la vida de un carpintero.
En Alemania, al carpintero se lo llama “carcoma” y al aprendiz “lapiz”.